Ocho de enero. Es el decimosexto cumpleaños de Isabel, la Princesa Imperial de Arellas. Más de quinientos invitados, aristócratas procedentes de todos los rincones del continente tubáleo, han acudido a Palacio a pasar junto a ella sus siete días de fiesta. Bailes, zarzuela, caza, ocultismo, carreras de caballos… Un ambicioso programa de actividades se desarrollará en un ambiente donde la alegría por los festejos y los reencuentros, el miedo por la maldición que pesa sobre la Familia Imperial y el recelo por los enemigos de la Corona se entremezclan.

    La huérfana Jackeline Dankworth es la dama de compañía de la princesa, su mejor amiga. Se ha pasado las navidades luchando contra sus celos hacia Francisco y María Merino —un apuesto médico y su misteriosa hermana—, por quienes se siente amenazada después de ver cómo se han ido ganando el cariño de la Familia Imperial. Ahora, durante las celebraciones, deberá ocuparse, además, de la extrema timidez de su amiga Ana Ossorio y procurar pasar el mayor tiempo posible con el dueño de esa promesa de amor que bombea en su pecho, sin llegar a imaginar las intrigas políticas —ni mucho menos su implicación en ellas— que se gestan entre las sombras, amenazando con volver a sacudir los cimientos de un imperio que aún vive el luto por la repentina muerte de los dos últimos emperadores y de sus herederos.

 

  Conozcan, en este primer día de fiesta, a quienes convivirán con ustedes durante toda una semana; sus amigos y enemigos, sus miedos y deseos, un atisbo de los secretos que, muy pronto, habrán de ser revelados.

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Bienvenidos a la noche del baile.